Zulma P. Ruiz

Mi padre va a cumplir 104 años y vive en Colombia. Hace una semana se puso muy mal y le llevaron por urgencias porque estaba inconsciente y presentaba signos de trombosis. Le hicieron muchas pruebas y exámenes, porque una semana antes también había sangrado por su nariz. Cuando entregaron los resultados dijeron que tenía «muerte cerebral», yo inmediatamente rechacé esto y dije no lo recibo, Dios da la última palabra. Empecé a orar por la voluntad de Dios primero y luego un cambio de diagnóstico y declarando vida sobre la cabeza de mi padre. Le pedí a mis hermanas de sangre que también lo hicieran unidas en oración. Pedí apoyo de oración a la intercesión de Cielos Abiertos y no pasaron ni 12 horas y mi padre volvió en sí con lucidez y movimientos débiles por lo delicado de su salud. Para sorpresa y confusión de los médicos fue este MILAGRO. El Señor ha traído sanidad y restauración a toda mi familia inconversa, y me ha permitido testificarles a varios hermanos y esto ha activado su fe. Concluyo con que DIOS ES UN DIOS DE VIDA, SANIDAD Y RESTAURACIÓN, ES QUIEN DA LA ÚLTIMA PALABRA.