Mario y Estefany

En Noviembre de 2015 fui de vacaciones a la Isla de Tenerife junto con mis padres, mi esposo por motivos de trabajo no pudo ir. Durante mi estadía ahí quise visitar una congregación, así que me topé con Cielos Abiertos. Asistí a dos de sus servicios (cultos) y me pareció una iglesia maravillosa. Todo transcurrió normal y regresé a mi país de origen, Venezuela, donde mi esposo y yo servíamos en una poderosa congregación (Avivamiento Casa de Fe) como parte del liderazgo. Nunca en nuestros pensamientos estaba salir de nuestra tierra, hasta que en 2017 el Señor nos dio una directriz que debíamos mudarnos a Tenerife porque teníamos una comisión que cumplir. La verdad fue muy doloroso para nosotros dejar a nuestra congregación, hijos espirituales, familia, etc., pero sabíamos que debíamos obedecer. Al saber el destino, contacté con la iglesia Cielos Abiertos por Facebook para conocer el horario de los servicios y así, al llegar a la isla poder asistir, ya que por la corta experiencia en mis vacaciones pasadas, sabía que era una congregación con sana doctrina, pero nunca me imaginé lo que acontecería. Llegamos un miércoles de enero de 2018 a Tenerife, el viernes asistimos a Cielos Abiertos, ¡Wow! No hay palabras que puedan describir lo que sentimos y experimentamos en ese momento. La pastora Ana estaba ministrando la alabanza y todo lo que decía, caía en nuestro corazón como una explosión llena de la presencia de Dios, trayendo confirmación de que ahí Él nos quería y de que estábamos bajo Su perfecta voluntad. La alabanza, la predicación, todo ese día, era para nosotros (así lo tomamos), las lágrimas no paraban de caer sobre nuestros rostros al ver todo lo que Dios confirmaba a nuestros corazones por medio de los pastores. En los siguientes servicios continuamos viendo que el mover del Espíritu Santo en ese lugar era tan real, que personas eran sanadas, libertadas y restauradas. De ahí en adelante comenzamos a integrarnos, a conocer y podemos decir que los pastores Tony y Ana son personas increíblemente apasionadas por la presencia de Dios como pocos conocemos, son genuinos, transparentes y son personas muy cálidas, llenas del amor de Dios. En ellos puedo ver reflejado a la persona de Jesús. Desde que llegamos a Tenerife hasta el momento que escribo estas palabras han pasado 7 meses, hoy, mirando en retrospectiva puedo decir que Dios tenía todo perfectamente orquestado, Él sabía que no nos conformaríamos con un lugar apagado donde Su presencia no estuviese ardiendo de continuo. No hay palabras para agradecerle a nuestro Abba por todas las bendiciones recibidas en Cielos Abiertos. Ambos, mi esposo y yo estamos sirviéndole al Señor en esta hermosa casa y hemos hecho amistades con personas llenas del Espíritu Santo que se han convertido en familia, solo podemos decir: ¡Gracias mi amado Jesús por Cielos Abiertos!